En el calor de Miami… se fundieron los Indiana Pacers. Esta vez, el arreón, hachazo o tirón de Miami Heat, con LeBron James al frente, llegó en el segundo cuarto: tremendo parcial de 33-16 (con 12 puntos de James en ese cuarto) que firmaba un liquidador 52-37 en el descanso del séptimo partido de la final de la Conferencia Este. Ya desquiciada la defensa de Indiana, con hombres altos (West, Hansbrough) tras los bases y escoltas de Miami (Wade, Allen), la masacre continuó en el tercer cuarto (24-18). Y en el desenlace, tras un último cuarto de trámite y basurilla, el definitivo e incontestable 99-76 colocaba a los Heat en la gran final de la NBA por tercer año consecutivo. A partir de este mismo jueves, en el American Airlines Arena de Miami, esa final enfrentará a Miami Heat con los San Antonio Spurs, tan frescos y descansados como fuera de ritmo. El especial formato de la finalísima de la NBA sitúa los dos primeros partidos en Miami, la pista del equipo con mejor balance en ‘regular season’ (Heat, 66-16)… para trasladar los tres turnos centrales a San Antonio, si es que todos ellos hicieran falta. Se acabaría eventualmente en Miami, con los partidos sexto y séptimo.
El día en que Jason Kidd anunció su retirada, con 40 años y tras 19 temporadas de carrera, la noche de Miami se abrió en el American Airlines Arena, ante 20.025 espectadores ansiosos de combate a última sangre, como si estuvieran en el Circo Máximo. Toda la entereza de equipo que ha asistido a los Indiana Pacers en estas finales del Este no les valió ante el incendio desatado por LeBron… que esta vez sí encontró tropas de apoyo (‘supporting cast’) en sus explosivas intenciones. Por la mañana, James había dado a sus compañeros (¿o súbditos…?) un discurso personal de motivación.
Y por la noche, después de que Indiana aún llegara en ventaja al final del primer cuarto (19-21), en serios minutos de Paul George y David West, tres triples de Ray Allen (10 puntos totales, 3/5 en tiros de tres), otro más de Chris Bosh (nueve puntos, ocho rebotes), más robos y transiciones desencadenados por el ardiente Wade (21 puntos, nueve rechaces) y un furibundo ‘tomahawk’ de Chris ‘Birdman’ Andersen (siete puntos y cinco rebotes en el regreso de su suspensión) operaron como un conjunto de cargas de profundidad. Todo, añadido a la potencia de fuego de ‘King’ James, en demoledor balance total de 32 puntos (8/17 en tiros, 15/16 de personal), ocho rebotes y cuatro asistencias. A 29 puntos exactos de promedio en los siete partidos de la serie, ‘Bron’ James ha sido el auténtico rey de esta final del Este. A cambio, y tras los cinco puntos del primer cuarto, Paul George, ‘PG’ volvió a mostrar que no es un líder carismático: PG ya sólo anotó dos puntos más en todo el partido, que cerró en el banquillo, eliminado por seis faltas (minuto 41, 82-61), con una tarjeta de siete puntos y 2/9 en tiros, después de 33.51 en pista. A falta de 2:17, y con todo resuelto (96-70), aún fueron descalificados Norris Cole (Heat) y Jeff Pendergraph (Pacers), tras intercambiar algunas expresiones del cariño más acendrado.
Había una multa de 75.000 dólares para el pívot ‘pacer’ Roy Hibbert por llamar ‘motherfuckers’ (insulto con connotaciones homófobas) a los periodistas que cubrían las ruedas de Prensa del sexto partido, en Indianapolis. Pese a la sanción, o por causa de ella, Hibbert volvió a ser el mayor activo de los Pacers, con 18 puntos y ocho rebotes en 37:49 de acción. Tras el fracaso de George, intimidado por el ardor defensivo de Miami, David West fue el segundo mejor hombre de los Pacers: 14 puntos y seis rebotes. George Hill agregó 13 puntos. Lance Stephenson, diez. Pero Miami gobernó los rebotes con claridad: 43-36, con las nueve capturas de Wade al frente del departamento. 21 pérdidas de balón de Indiana dan cuenta de la fuerte intensidad defensiva de Miami: sólo 11 pérdidas, aunque menos acierto que los Pacers en el total de lanzamientos de campo: 39,5%-40,6%. Pero, a base de rebotes y robos, Miami disfrutó de muchas más posesiones que Indiana, con un total de 76 tiros en juego (Indiana, 69)… y con casi el doble de tiros libres a favor de los Heat: 33/38, por 14/20 para los Pacers desde la personal. Los admirables Pacers pueden ir contentos a sus vacaciones: se han ganado el respeto. Pero en la final de la NBA están los Miami Heat contra los San Antonio Spurs. Desde el jueves: en Miami, y por deseo expreso de LeBron ‘King’ James.
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